Después de un largo día con inconvenientes físicos (achaques), por fin, un par de pastillas comienzan a eliminar el dolor (y generan ardor de estómago...)
Hoy fue día de sicóloga. Claramente veo cómo Laura se entusiasma con los temas de género que abordamos en mis sesiones, aunque nunca me lo haya mencionado. Lamentablemente, esta sesión, que fue importante para mí, estuvo empañada por el dolor, un agudo dolor que me restaba concentración... joder...
De verdad que es increíble cómo la violencia de género me ha afectado y lastimado, cómo he sido sensible a ella. Claro, no soy la única, somos millones. Lo que me hace sentir orgullosa de mí misma es tener ahora tanta claridad sobre tantas cosas que para muchas sólo se reflejan en malestar pero no saben ni de qué se trata. Ha costado años, pero ha valido la pena.
Descubro lo importante que es poder nombrar las cosas, las emociones; identificar estas agresiones sufridas por el hecho de ser mujer; el valor de aprender a escucharse un poco, de escuchar al cuerpo cuando nos habla o nos grita; la maravilla de autoobservarse y conocerse. Puede sonar muy cursi lo que voy a decir, pero, de verdad desearía que todas las mujeres tuvieran consciencia sobre estas cosas, les ayudaría tanto... (suspiro)
También fue día de lavandería. No es mi máximo, pero hay que hacerlo. Una señora de las que atienden ahí me dio una pastilla para el terrible dolor que mi rostro, contra mi voluntad, reflejaba. Se me hizo muy lindo. Y recordé cuántas cosas bellas, de ese estilo, me han pasado, y me sentí feliz por haber recibido esos numerosos regalitos.
La verdad es que ha sido muy difícil pensar en otra cosa que no fuera ese maldito dolor. Ahora el ardor comienza a robar cámara... Parece cuento de nunca acabar...
Espero que para la próxima (o sea, mañana), ya no tenga “achaques” que contarles.
Besos.
solo post (2) =)
Posted by: el lector on February 8, 2003 08:26 PManimo cindy, cuídate mucho y adelante
=)teresa