Devoro la ruta a 160 km/h para volver, con pena y sin gloria, a Baires. Tengo que llegar antes de las 11am, antes de que los piqueteros arranquen su serie de cortes de rutas y avenidas programados para hoy. En Palermo despierto a C -que ya lleva dos días desmayada- y le ayudo abajar sus cosas del auto.
Estoy agotado, apenas dormí cinco o seis horas en todo el puto fin de semana. C está de mal humor, ni se entera de mi estado desesperante. Para colmo mete su llave en la cerradura y la rompe. Sufre otro ataque de histeria. Empiezo a creer en la mala suerte de algunas personas.
Una hora y media -y varios millones de neuronas menos- más tarde, llego a casa. En cuanto abro la puerta percibo el olor: es una fuga de gas como para volar toda la manzana. Mi hermano, J, dejó abierta una llave de gas de la cocina como si planeara suicidarse. Ventilo la casa y me tiro a dormir. No tengo fuerzas para discutir.
Cuatro horas después me trenzo en una pelea con J. Digo cosas espantosas, me grita cosas peores, nos empujamos y cambiamos un par de puñetazos. No sé cuánto tiempo más podamos seguir viviendo en la misma casa. Estoy furioso. Intento despejar la cabeza con Big [B]other pero no consigo concentrarme en los textos. Miserable, así me siento hoy. Tendría que haber conservado unos cuantos Trapax de C, pienso.
a veces no conseguimos centrarnos en todo lo positivo que tenemos en vida. quizá esto no te sirva, pero piensalo bien, no eres miserable. miserable es bush
Posted by: el lector on February 3, 2003 11:00 PM